El accidente de un avión militar en el sur de Filipinas ha dejado al menos 45 muertos y 53 heridos, mientras los equipos de rescate buscan a otras cinco personas que permanecen desaparecidas entre los restos calcinados del aparato.
El secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, señaló en un escueto comunicado a los medios que en el avión viajaban un centenar de personas, incluidos tres pilotos y cinco tripulantes.
Al menos dos de las víctimas mortales son civiles, mientras el resto de fallecidos son soldados, indicaron las autoridades en una actualización a última hora de la tarde. Entre los supervivientes, 17 de los cuales fueron ingresados en un hospital militar de la región, también se encuentran cuatro civiles.
La nave, un C-130 Hercules de cuatro motores, realizaba la maniobra de aterrizaje en un aeródromo de la isla de Jolo cuando se pasó la pista y no pudo volver a coger altura alrededor de las 11.30 hora local (las 4.30 en la Península), según indicó el comandante general de las Fuerzas Aéreas de Filipinas, Cirilito Sobejana.
“Al perder la pista de aterrizaje [el avión] trató de recobrar la potencia, pero no tuvo éxito y sufrió un accidente”, indicó Sobejada en un comunicado, en el que precisó que la aeronave partió de una base en Cagayán de Oro, en la isla de Mindanado.
Algunos soldados fueron vistos saltando del avión antes de que impactara contra el suelo y se incendiara, dijo el general William Gonzales, comandante del grupo de tareas conjuntas de Sulu. “Es un día triste, pero tenemos que mantener la esperanza”, indicó.
Se trata de uno de los accidentes de aviación militar más mortíferos de la historia del país.
En el interior del aparato viajaban soldados que en su mayoría acababan de graduarse e iban a ser desplegados en un batallón que combate contra varios grupos extremistas islámicos que se refugian en el remoto archipiélago de Jolo, en el suroeste de Filipinas.
El incidente causó una espesa nube de humo negro, según vídeos y fotografías publicadas en las redes sociales por testigos, mientras las llamas devoraban parte del aparato siniestrado. El avión de cuatro motores se accidentó cerca de una cantera, en una zona poco poblada, dijo a la AFP la primera teniente Jerrica Angela Manongdo. Los informes iniciales indican que el aparato se rompió en dos, afirmó a la AFP el teniente general Corleto Vinluan, jefe del comando de Mindanao Occidental.
Las autoridades desplegaron rápidamente un dispositivo de emergencia para buscar supervivientes y recuperar los cuerpos de los fallecidos entre los restos de la aeronave.
“Estamos haciendo todo lo que podemos para rescatar a los pasajeros” restantes, apuntó Sobejana. Los supervivientes han sido trasladados a un hospital militar en la ciudad de Busbus, informaron las autoridades.
Además las autoridades han abierto una investigación para tratar de determinar las causas del siniestro.
Otro accidente del Ejército
El accidente vuelve a poner en el punto de mira al vetusto y pobremente mantenido arsenal del Ejército filipino, que generalmente adquiere aviones y helicópteros de segunda e incluso de tercera mano.
El C-130 accidentado fue entregado a principios de año a Filipinas mediante el acuerdo de asistencia militar que mantiene con Estados Unidos, quien operó la nave entre 1988 y 2016 y que pasó los últimos años en un hangar de una base estadounidense.
A finales de junio, seis personas perdieron la vida al accidentarse un helicóptero S-70i Black Hawk durante una misión de entrenamiento cerca de la base militar aérea de Clark, en el norte de Manila. El helicóptero era uno de los 16 adquiridos en 2019 y entregados el pasado noviembre.
A raíz de este incidente, el secretario de Defensa ordenó dejar en tierra de manera temporal a toda la flota de Black Hawk mientras se procedía a una revisión.
En enero, un helicóptero UH-1H utilizado en la guerra de Vietnam y que posteriormente fue renovado sufrió un accidente durante una misión de abastecimiento en el sur del país y que se saldó con ocho soldados fallecidos.
El Gobierno se comprometió en 2018 a destinar más de 6.000 millones de dólares (más de 5.000 millones de euros) para actualizar el desfasado arsenal del Ejército.
// El País