El joven, hijo de paraguayos, fue muerto a golpes en una ciudad veraniega de Argentina en el mes de enero de 2020. Sus padres declararon ayer y afirman no entender tanta crueldad con su hijo.

“Señores jueces, están escuchando a un padre que perdió todo, todo: Las ganas de vivir y de luchar. Perdió lo mejor de todo, el abrazo de su hijo”, dijo entre lágrimas Silvino Báez, paraguayo residente en Argentina, en el primer día del juicio por la muerte de su hijo, Fernando Báez Sosa, a quien mataron a golpes en la ciudad veraniega Villa Gesell.

Ocho personas están acusadas en este caso y se exponen a cadena perpetua, según publican los medios de prensa del vecino país.

Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi se sentaron en el banquillo de los acusados, considerados como los principales sospechosos. Todos ellos son deportistas dedicados al rugby e hijos de padres de clase media, imputados por homicidio doloso calificado y otros delitos.

En la primera jornada del juicio, se tomó declaración testifical a Silvino Báez y a Graciela Sosa, padres de Fernando.

Mientras los mismos daban un desgarrador testimonio, Máximo Thomsen se enjugaba las lágrimas.

GOLPES. El joven es considerado uno de los principales responsables de la muerte, ya que habría dado la patada mortal.

Los ocho rugbiers, de acuerdo a la investigación de la fiscala Verónica Zamboni, actuaron a traición, atacando al joven cuando este estaba de espaldas. “Le propinaron allí en el suelo, varias patadas en su rostro y cabeza, causándole lesiones corporales internas y externas, las cuales provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo”, detalló la fiscala.

Los acusados ya habrían tenido una discusión previa con Fernando y unos amigos en la discoteca Le Brique. Por este motivo, fueron sacados por los guardias del lugar.

Ya estando afuera, el grupo de los ocho emboscó al ahora fallecido y lo atacó brutalmente.

Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, fue contundente en su presentación. “Fue una ejecución, los autores no pensaron en detenerse hasta verlo sin vida”, dijo el profesional del derecho, enfatizando que los imputados tomaron la decisión de matar a Fernando.

Aseguró que la responsabilidad no solo es de los que propinaron los golpes; también de los que evitaron que el joven pueda ser auxiliado.

El juicio continuará hoy con la declaración de Julieta Rossi, quien fuera la novia de Fernando.

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