La gestión de Mario Abdo Benítez, presidente de la República, empezó siendo muy cuestionada tras colocar a Eduardo Petta San Martín como titular del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), uno de los puestos más sensibles del gabinete y en un ministerio que había iniciado un proceso de reforma con muchas esperanzas de mejorar el desempeño del sistema.

Petta, sin experiencia en el área y con un carácter un tanto autoritario, logró que varios sectores se desanimaran prontamente.

Al desacertado nombramiento se sumó la pandemia del COVID-19, que hizo que la educación se mudara a las casas, donde encontró a padres y alumnos sin ninguna experiencia ni herramientas para encarar la “educación virtual”, que más bien fue “a distancia”.

Para muchos sectores (docentes, estudiantes, padres), el cumplimiento de las tareas en casa fue difícil; la falta de buena conectividad y estudiar con el celular en mano fueron el mayor estrés en estos tiempos.

En marzo de este año, tras una seguidilla de manifestaciones en contra del gobierno de Mario Abdo Benítez a causa de la crisis generada en la economía y la cuestión sanitaria, el mandatario decidió cambiar a sus ministros para calmar el hartazgo de la ciudadanía, y uno de esos cambios fue el de Petta.

Así, Juan Manuel Brunetti asumió el 10 de marzo del 2021 como ministro de Educación para inaugurar esta nueva etapa del proyecto denominado “Transformación educativa 2030″.

“No se va transformar sin participación”

La Organización de Trabajadores de la Educación Paraguaya (OTEP) caratuló la gestión de Abdo Benítez como “el gobierno de recortes presupuestarios y de faltas a acuerdos”. En los últimos dos años se recortó el 10% del presupuesto destinado a Educación y se incumplió la Ley de implementación de la carrera docente con la suspensión del reajuste salarial, que se debió dar de forma gradual desde el 2018, pero con la pandemia como excusa para la reingeniería de gastos, se suspendió el incremento de salario a los docentes.

“Una de las expresiones de este Gobierno fue el compromiso de dar prioridad a la educación. Sin embargo, en estos dos últimos años se recortó 10% del presupuesto para Educación, se ajustó varios gastos en este sector y se atropelló la democracia en cuanto a la participación en la elaboración del proyecto de transformación educativa. No se va transformar nada si no hay participación del pueblo”, señaló Blanca Ávalos, secretaria de la OTEP, al ser consultada sobre la evaluación del gobierno de Abdo Benítez.

A la falta de participación en el proceso de transformación educativa se suma el proyecto de ley de consolidación económica, que pretende descartar todo tipo de aumentos salariales para el funcionariado público, incluyendo a los docentes. Por lo que este sector se encuentra en estos momentos en manifestación permanente, exigiendo que se reponga el reajuste salarial anual del 16% desde el último trimestre del 2021.

Para Gabriel Espínola, representante de la OTEP-A, el gobierno de Mario Abdo Benítez reprobó totalmente y el discurso de la transformación educativa no coincide con el 3,4% de inversión en este sector, por lo que la gestión de Marito aún se encuentra con materias pendientes para asumir el siguiente año, ya que el 2021 nuevamente no pudo aprobar, dijo.

“El gobierno de Mario Abdo está reprobado. Los dos ministros de estos tres años de gestión no mostraron interés porque no forman parte del sector; y la educación es un gran compromiso. Eso fue lo que desnudó la pandemia, porque ya veníamos arrastrando muchos problemas por falta de gestión y responsabilidad social. Solo en el discurso existe interés por la educación”, señaló Espínola.

Prueba de la falta de gestión del MEC, según Espínola, es que en el 2018 hubo un proyecto aprobado con financiamiento del Fondo para la Excelencia, Educación e Investigación (FEEI) para la implementación de tecnología en los establecimientos educativos, que si se hubiese utilizado, habría salvado la educación en la pandemia. No obstante, fue ejecutado solo en un 20% en el 2019, lamentó.

“La educación nunca fue prioridad”

Para el sector estudiantil, la pandemia demostró que la educación nunca fue prioridad para el Gobierno, con los recortes presupuestarios, la poca capacitación docente, instituciones educativas del interior olvidadas, sin clases presenciales por más de un año y aun así no fueron apoyadas para la vuelta a la presencialidad.

“En lugar de disminuir la brecha de desigualdad, esta empeoró con la crisis sanitaria entre el 2020-2021, que también golpeó de manera dura al sector educativo, sacando a luz las tantas fallas con las que veníamos cargando: la deserción escolar, problemas de conectividad, de infraestructura, la calidad de los kits escolares, que van cada vez más en decadencia, y cómo obviar la escondida salud mental de los jóvenes; como también la normalización del copiado compulsivo tras la virtualidad”, aseveró Araceli Morales, representante de la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy).

Por su parte, Pedro Luciano Armoa, coordinador de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes), aseguró que Mario Abdo Benítez no cumplió con su compromiso con la educación desde colocar a Eduardo Petta en el MEC, y que desde entonces su gestión demostró ser un “desastre”.

“Nosotros desde la Fenaes calificamos los tres años de gestión de Mario Abdo Benítez, en materia de educación, como un desastre. Hubo total retroceso en este sector; ponerle a Eduardo Petta a la cabeza fue un total fracaso, nosotros pedíamos a alguien idóneo y le puso a este personaje. Entonces, en materia de educación vivimos un total retroceso porque nunca cumplió las promesas que hizo”, manifestó Armoa.

Asimismo, denunció que actualmente las gobernaciones ya no están entregando los kits alimentarios en compensación a la alimentación escolar, así como tampoco se están atendiendo los problemas de infraestructuras escolares. Afirmó que hay varias instituciones educativas con obras inconclusas y muchas en peligro de derrumbe.

// La Nación