El 10 de octubre de 1990, hoy hace exactamente 29 años, el supercampeón del fútbol paraguayo, Olimpia, celebraba la conquista de su segunda Copa Libertadores de América, al empatar por 1-1 en calidad de visitante al Barcelona de Ecuador, para desatar un verdadero carnaval franjeado en todos los rincones de nuestro país.

Aquel miércoles 10 de octubre de 1990 y ante 55.000 espectadores que convirtieron el Estadio Monumental de Guayaquil en un verdadero hervidero, el conjunto anfitrión del Barcelona abrió el marcador a los 61 minutos del complemento a través del argentino Marcelo Trobbiani.

Esta desventaja parcial no desesperó a los guaraníes dirigidos técnicamente en aquel entonces por el ya desaparecido Luis Cubillas, y con la tranquilidad de la ventaja de 2-0 del juego de ida en Asunción, esperó pacientemente su momento que llegó a los 80 tras un gran contragolpe que Raúl Vicente Amarilla lo rubricó en el gol del empate, que significó el definitivo 1-1 y la obtención de la segunda Copa Libertadores de América por Olimpia.

En el transcurso de este compromiso, el arquero franjeado Ever Hugo Almeida, se convirtió en figura superlativa al parar un tiro penal al uruguayo Luis Alberto Acosta, cuando el marcador seguía en blanco a los 51 minutos. Este encuentro fue arbitrado por el argentino Juan Carlos Loustau.

Olimpia selló su segunda Copa con Ever Hugo Almeida, Juan Zacarías Ramírez, Remigio Fernández, Mario César Ramírez, Silvio Suárez, Fermín Balbuena, Adolfo Jara Heyn, Jorge Guasch, Luis Alberto Monzón, Adriano Samaniego y Raúl Vicente Amarilla. También ingresaron Gabriel González y Vidal Sanabria.

En el juego de ida jugado en el Estadio Defensores del Chaco ante 35.000 espectadores y con la conducción arbitral del uruguayo Juan Daniel Cardellino, Olimpia venció por 2-0 con goles de Raúl Vicente Amarilla, a los 46 del complemento y el goleador del certamen con 7 tantos, Adriano Samaniego a los 50.

El franjeado abrió la fase de grupos ganando en Asunción a su tradicional rival Cerro Porteño por 2-1; al Gremio de Brasil por 1-0 y al Vasco da Gama, también de Brasil, por 2-1. Cayó en la revancha ante el Ciclón de Barrio Obrero por 2-3; igualó 2-2 en Porto Alegre con Gremio y cayó en Río de Janeiro ante Vasco por 0-1.

En cuartos de final, Olimpia dejó atrás a Universidad Católica de Chile, al que venció de local por 2-0 e igualó de visitante 4-4, para un global de 6-4; en semifinales a Atlético Nacional de Colombia, al que derrotó de visitante por 2-1 y clasificar de local a pesar de caer por 2-3, gracias a los tiros penales que lo terminó ganando por 2-1.

En esta segunda consagración como el mejor de América, Olimpia disputó un total de 12 partidos, venció en 6, igualó 3 y perdió 3; anotó 22 goles y recibió 17.

Este segundo título le permitió disputar la Copa Intercontinental 1990 frente al Milan de Italia y la Copa Interamericana 1991 ante el América de México, y clasificó automáticamente a los octavos de final de la Copa Libertadores 1991.

Asimismo, debió haber disputado la Recopa Sudamericana 1991 frente al campeón de la Supercopa Sudamericana 1990, pero al haberse consagrado también en esta última, se adjudicó el título de manera automática, según informó el medio digital VERSUS.