Tirado ya sin signos de vida sobre un ajado colchón con solo “piel y hueso”, así encontraron a un niño en Nanawa. Su madre fue detenida, en tanto que de las responsabilidades a nivel de Estado nadie habla.

Tenía 11 años de edad, vivía postrado por una condición neurológica sobre un ajado colchón dentro de una precaria vivienda en la localidad de Nanawa, Presidente Hayes.

La madre, soltera y sin ingresos, alegó que no tenía recursos para sostener la nutrición y tratamiento médico de su hijo. Mientras que el tío lamentó que –desde instancias judiciales– le hayan quitado el cuidado del niño, a quien durante un tiempo le habían brindado protección.

El miércoles pasado se produjo el desenlace fatal: El niño presentaba un cuadro severo de desnutrición y deshidratación. Una infección viral respiratoria terminó por complicar su condición de base.

La madre fue hasta la dependencia policial más cercana a informar el fallecimiento.

El comisario Jorge González, jefe de la Comisaría 6ª de José Falcón, relató a NPY que alrededor de las 08:00 del miércoles último, la madre del niño se acercó allí a comunicar de la muerte de su hijo. Se pudo observar –dijo– que el menor estaba totalmente abandonado, por lo que elevaron el caso al Ministerio Público. La mujer quedó detenida por orden del fiscal Irán Suárez, quien alegó en el expediente “falta del deber del cuidado”.

Según averiguaciones, la mujer es madre soltera y tiene otros tres hijos más, entre 8 y 11 años.

desidia compartida. El niño estuvo por tres años bajo el cuidado de un tío materno y su pareja, luego de que su madre se fuera a vivir a otra ciudad. Su tío, Roque Martínez, lamentó el triste desenlace después de que su sobrino fue separado de ellos por intervención de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

Martínez relató que su sobrino era “gordito” durante el tiempo que vivió con ellos y criticó a los organismos de Justicia que lo haya separado de él, cuando que con su pareja se hacían cargo de su bienestar, alimentación y medicamentos.

Desde la Morgue Judicial, confirmaron ayer que la causa de muerte del niño fue por insuficiencia respiratoria aguda. Una médica forense explicó a la prensa que aparentemente no se encontraba medicado, además de haber estado con desnutrición severa y deshidratación. Presentaba una infección respiratoria al momento de su fallecimiento. La víctima contaba con un diagnóstico de parálisis cerebral.

“Estaba con mi señora. Le daba de comer. Si le faltaban medicamentos le llevábamos. Tenía ayuda, pero no me alcanzaba. Luchaba para solventar a mi sobrino para que no le pase esto. Después, la Defensoría nos sacó todo. Las dos nenas se fueron con mi tía”, dijo sobre dos hermanas más pequeñas del niño. También hay otra más grande.

Reveló que su hermana se alejó de ellos para ir a vivir a otra parte, negándose a cualquier tipo de ayuda; fue en ese entonces que con su pareja se quedaron al cuidado de los hijos de la mujer y en ese ínterin intervino la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

Cuando la mamá reapareció en Villa Hayes, la Justicia volvió a otorgar la custodia del niño a su madre, según relató. “La Defensoría de la Niñez le entregó todo nomás otra vez, pese a todo. Eso es lo que sentimos mucho, porque mi sobrino era gordito; piel y hueso está ahora, te rompe el corazón verle así”, manifestó sollozando.

CÓCTEL FATAL. Como las instituciones judiciales hicieron su parte por acción y omisión, al devolverle al niño a su madre, quien –al estar sola y sin trabajo formal– no tenía los medios suficientes para mantenerlo, se terminó de consumar un cóctel fatal, particular y estructural. Finalmente, bastó que un virus respiratorio cierre este círculo de miseria y abandono, auspiciado –implícitamente– por los propios organismos oficiales del Estado.

//Ultimahora.com.


Deja una respuesta