Paraguay y Argentina registran dos casos de feminicidios similares, aunque con una década de diferencia. Ambas víctimas eran adolescentes, que fueron asesinadas por embarazo. Mientras que en el vecino país nació así el movimiento Ni Una Menos, aquí el debate actual gira en torno al endurecimiento de las penas para este tipo de crímenes.
La argentina Chiara Páez tenía 14 años y estaba embarazada de dos meses cuando en mayo del 2015 fue asesinada por su novio Manuel Mansilla, que en ese entonces tenía 16 años.
La última vez que se la vio fue el 9 de mayo de ese año en las inmediaciones de la Escuela Educación Técnica N° 286 y su feminicidio se confirmó dos días después, el 11 de mayo.
La autopsia reveló que la adolescente fue obligada a tomar una pastilla para abortar y luego fue asesinada a golpes. Su cuerpo fue encontrado enterrado en un pozo en el patio de la casa del abuelo del adolescente autor, en la ciudad santafesina Rufino.
Por otro lado, el feminicidio de María Fernanda Benítez, de 17 años, se registró el pasado 27 de mayo, de acuerdo con la línea de tiempo trazada por las autoridades y el principal sospechoso del crimen es un adolescente de su misma edad.
Se conocieron en febrero de este año durante el evento Último Primer Día de Clases (UPD) en Coronel Oviedo y tuvieron una relación casual que resultó en un embarazo, según detalló la fiscala Gladys Torales de Ovelar, quien se apartó del caso.
El sábado 31 de mayo, en horas de la noche, su cuerpo fue hallado parcialmente calcinado en un terreno baldío, ubicado hacia el patio trasero de la casa del adolescente investigado por el feminicidio.
Según la autopsia, se constató que estaba embarazada de tres meses y que habría fallecido por la inhalación de humo, cuya confirmación sigue en estudio.
A medida que iban avanzando las investigaciones, los intervinientes encontraron conversaciones entre el principal sospechoso y una amiga suya, de 19 años, quien le habría dado consejos para provocar un aborto y cómo matar a una persona sin que se descubra.
Se presume que María Fernanda fue inducida a abortar con una pastilla que no funcionó. Luego, decidió continuar con el embarazo, por lo que el adolescente habría comenzado a planear su muerte, según chats filtrados entre él y una amiga, ahora también detenida e imputada.
De un tuit a la reacción social en Argentina
La noche del 11 de mayo de 2015, tras el hallazgo de Chiara, la periodista Marcela Ojeda escribió en ese entonces Twitter (ahora X): “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales, mujeres, todas, bah. ¿No vamos a levantar la voz? Nos están matando”.
Su tuit fue el puntapié de una reacción social sin precedentes en Argentina, cuando el 3 de junio de 2015, más de 200.000 personas se aglutinaron frente al Congreso argentino, en Buenos Aires.
La movilización para exigir justicia y el fin de la violencia machista ante la ola de feminicidios se replicó en 80 ciudades del vecino país.
De un grito colectivo, nació el movimiento Ni Una Menos, que se hizo famoso en el mundo y marcó un antes y un después en el vecino país.
Una década después de la primera movilización, Fabio Páez, padre de Chiara Páez, manifestó su malestar por el “uso político” de la foto de su hija.
En Paraguay, varios sectores emitieron comunicados condenando el atroz crimen de María Fernanda y llamando a una reflexión profunda sobre los valores sociales.
En el ámbito político, legisladores de la Nación plantearon endurecer las penas por crímenes para los adolescentes o bajar la edad de imputabilidad.
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