La niña que falleció el lunes en el Hospital Regional de Caacupé no estaba embarazada y, por ende, se descartó la sospecha inicial de un aborto como causa de muerte. En cambio, presentaba un tumor silencioso que fue avanzando con los años.

María Angélica Insaurralde, fiscal de la causa, informó acerca de los resultados de la autopsia realizada ayer por el equipo forense del Ministerio Público.

Al respecto, detalló que el útero estaba intacto y sano, con el tamaño acorde a la edad de la paciente, por lo tanto, queda descartado el aborto como causa de muerte.

“Lo que encontramos fue una hernia diafragmática encancerada, creemos que es una malformación congénita que fue empeorando con los años y se forma como un agujero al nivel del diafragma y el contenido del abdomen pasa hacia arriba, entonces, este agujero, es un anillo que constricción que le hizo sufrir al estómago hasta el punto de que tuvo una perforación, entonces, ella hizo una sepsis generalizada porque tuvo la perforación del estómago y eso hizo que el pulmón se colapse”, explicó a los medios la patóloga María Elisa Cabañas.

El médico de turno había indicado que la menor llegó caminando con la abuela, quejándose de dolores de estómago. Después de 20 minutos comenzó a convulsionar y sufrió un paro cardíaco posterior a una septicemia.

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