Alejandro Silva acaba de marcar un hito en la historia del país al convertirse en el primer trabajador social con síndrome de Williams en Paraguay. Su logro no solo representa un triunfo personal, sino también un mensaje inspirador de superación para otras personas con discapacidad y sus familias. Desde pequeño, Alejandro enfrentó desafíos que muchos creían insuperables.
El síndrome de Williams, una condición genética poco frecuente, suele estar asociado con dificultades en el desarrollo y el aprendizaje, pero también con una notable capacidad para la empatía y la conexión con los demás. Alejandro decidió transformar esos desafíos en fortalezas, forjando un camino donde pocos habían llegado antes.
Su determinación, el apoyo de su familia y su pasión por ayudar a otros lo llevaron a completar la carrera de Trabajo Social. Con su título en mano, Alejandro está listo para contribuir a la sociedad, demostrando que las personas con discapacidad pueden ser protagonistas del cambio.
Más sobre Alejandro
Si bien Alejandro es un ejemplo de superación y determinación, su historia también evidencia las barreras que aún persisten en el sistema educativo paraguayo para las personas con discapacidad. Aunque se han dado avances, queda mucho por hacer para garantizar un acceso equitativo a la educación superior.
En el caso de Alejandro, su padre, Pablino, decidió inscribirse junto a él en la universidad para acompañarlo en su travesía, un gesto admirable, pero que también refleja la necesidad urgente de ajustes y apoyos en el sistema para que las personas con discapacidad puedan cursar con independencia la carrera de su elección.
La preparación universitaria es clave, pues abre las puertas al empleo, y el empleo, a su vez, es fundamental para la vida independiente y la dignificación de las personas con discapacidad. La historia de Alejandro es un recordatorio de que la inclusión educativa y laboral son esenciales para construir una sociedad verdaderamente justa e inclusiva.
“Quiero demostrar que todos tenemos algo que aportar”, afirma Alejandro, quien se ha convertido en una fuente de inspiración y un símbolo de inclusión para Paraguay. Su historia nos recuerda que cada persona merece la oportunidad de alcanzar sus sueños y construir una sociedad más justa e inclusiva. El camino de Alejandro nos invita a reflexionar sobre el poder de la inclusión y a celebrar cada paso que nos acerca a un mundo donde nadie queda atrás.
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