El arte de la moda se instala en el penal de Coronel Oviedo, en un espacio creado para formar a doce reclusas como confeccionistas. Ellas se están formando en el taller de corte y confección con la producción de ropa de moda casual, sport y vestir que producirán para la venta al mercado local.

Se trata del proyecto de bienestar y reinserción del Ministerio de Justicia al que se inscribieron doce mujeres privadas de libertad (MPL) del Centro Penitenciario para Mujeres Serafina Dávalos. Los módulos son impartidos por el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP).

La capacitación comenzó el 28 de febrero pasado, con clases que van los lunes y martes de cada semana de 8:00 a 11.30. La formación recae en la instructora Miriam Nélida González Vázquez, de la Dirección General de Formación del Servicio Nacional de Promoción Profesional.

Estas mujeres aprenderán a tomar medidas, a realizar trazado de patrones y confección de faldas, pantalones, camisas, blusas y vestidos para damas y caballeros, con aplicación de normas de calidad de confección. Todo lo producido en ropas de vestir se estará ofreciendo en el mercado local de la zona, según explicó la coordinadora de Bienestar y Reinserción Social del Centro, Jorgelina Mendoza.

Para el efecto, en la penitenciaría ovetense se destinó un espacio para implementar un taller de confección de textiles con siete máquinas de coser entre ellas rectas, collaretas y overlocks, proveídas por la cartera de Estado. Por de pronto, se arrancó con módulos de aprendizaje teórico con una posterior etapa práctica, con sistema de evaluación y certificación.

Para acceder a la oportunidad, las mujeres privadas de libertad deben cumplir con perfiles personales y profesionales, como contar con una edad mínima de 15 años, educación escolar básica, conocimientos de informática básica y manejo de máquina de coser.

El Ministerio de Justicia tiene el objetivo de reducir al mínimo el analfabetismo y facilitar el aprendizaje de oficios de competencia laboral para que cuando las internas egresen del sistema penitenciario puedan volver a la sociedad con una ocupación, de preferencia independiente.

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