Como una especie de ejercicio para tratar de entender el comportamiento de la sociedad paraguaya que en los últimos tiempos se ve más “desatada” que de costumbre e incluso, hasta tal vez con más odio, La Nación/Nación Media conversó con el investigador, sociólogo y docente Carlos Peris para abordar el tema.

Teniendo en cuenta que la violencia no es solamente el asalto que se ve a diario, sino que son las formas de actuar, el sociólogo empezó diciendo que si bien se centran en la cuestión de seguridad, desde hace un tiempo están viendo desde los diferentes estudios que hacen, cómo lentamente se está empezando a romper el pacto social. “El pacto social son ciertas cuestiones básicas que todos los ciudadanos lo aceptamos, incluso sin discutirlo porque entendemos que gracias a eso, la sociedad se mantiene unida”, refirió.

En este sentido, puso como ejemplo el censo que fue tan discutido por algunos grupos hace un mes atrás, o la cuestión de la vacuna, ya que cualquier política de vacunación hoy en día está siendo discutida. “Entonces lo que vemos es que se está rompiendo el pacto social que en definitiva es lo que nos mantiene unidos como sociedad y eso hace que cosas que antes no se discutían porque se entendía que no se tenían que discutir, no por un hecho de ser más o menos reaccionario, sino porque todos los dábamos como aceptado, como podría ser una política de vacunación de un Estado o la actividad censal cada 10 años, hoy se está discutiendo”, expresó.

El docente explicó que el gran problema que ven bajo esta lógica es que al romperse esas cuestiones básicas que no se debieran discutir porque todos lo damos por aceptado, es que la sociedad empiece a descohesionarse.

“Esto significa que cada uno haga lo que quiera, piense lo que quiera, en definitiva, cada vez más vamos a recurrir a cuestiones individuales y menos a cuestiones sociales. Esa es la cuestión más grave de lo que son estos discursos de odio que sin ningún tipo de ideología o partido político por todas partes uno ve. Estamos rompiendo el pacto social y eso verdaderamente es muy grave porque no es solamente que se rompe sino que la sociedad se desune y ahí es el peligro que vemos fundamentalmente”, destacó.

Posibles causas de la ruptura
En cuanto a las probables causas dijo que particularmente cree que son 2. “Por una parte, hay que entender la lógica del cambio y de la transformación desde la perspectiva del Paraguay, ya que desde hace décadas, no solo desde el estronismo, sino también de la hegemonía liberal con una Constitución extremadamente autoritaria como la de Félix Estigarribia la del 40, el Paraguay viene de una tradición autoritaria, poco dialogante, en la que sos bueno o malo, amigo o enemigo, no hay puntos medios y es ahí donde no hay el diálogo”, apuntó.

Resaltó que de esta realidad histórica coyuntural del Paraguay es que vivimos hoy en una época de globalización, de cambios continuos, acceso a la información extremadamente rápida en el que las sociedades son más proclives a cambiar.

Peris aseguró que la información vuela hoy en día y esa realidad de mundo que cambia terriblemente, viene a chocar con una realidad de país que es reacia al cambio y ahí se provoca la primera chispa. “La segunda es que no solamente somos un país reacio al cambio sino que también reacio al diálogo. No hay puntos medios, de consenso, eso hace que además de que no queremos cambiar, tampoco queremos dialogar, lo cual va otra vez a una tendencia mundial que es de la posverdad, que todo se discute que ya no importan los hechos, sino los sentimientos de las personas”, destacó.

Afirmó que estamos pasando un mundo de posverdad y cambios vertiginosos que vienen al Paraguay como tendencias en un lugar en el que es extremadamente tradicionalista, que no quiere cambiar nada ni dialogar. “Este es un caldo de cultivo perfecto para las ideologías más recalcitrantes que hay”, subrayó.

Sociedad más violenta
Al ser consultado si con estos antecedentes la sociedad paraguaya se podría volver más violenta, asintió que “la sociedad paraguaya se va volviendo más violenta, sin lugar a dudas”.

Citó como un hecho de violencia que muestra la poca capacidad que tenemos de dialogar y la poca capacidad que tenemos al cambio que hace unos meses una empresa de telefonía se fue al interior a hacer unas conexiones eléctricas de red y un montón de personas, creyendo que era una antena 5G que transmitía cáncer, que todos se iban a morir y otras historias más, tiraron piedras y escracharon.

“Esa es una sociedad que al ser reacia al cambio, poco dialogante, actúa de una manera violenta porque tiene esos discursos de odio que está tirando combustible al fuego. Eso mismo que pasó con el tema de la telefonía móvil puede pasar con otros grupos de minorías. Pueden haber grupo de personas que se autodenominan soldados de Dios que entran a una discoteca y empiezan a disparar, romper vidrios, escrachar, tirar huevos, quemar libros”, advirtió.

El entrevistado expuso que la violencia no es solamente el asalto, sino que son las formas. “Acá estamos viendo que cada vez se dialoga menos, estamos más intolerantes, más reacios. Todo eso en un conjunto de un montón de personas que constantemente están tirando combustible al fuego”, acotó y finalmente, enfatizó en el grave riesgo que tiene esta sociedad de romperse y de que cada vez hay más discurso de odio, más individualista, más intolerantes.

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