Lo que inicialmente se quiso presentar como el caso de un reo que había decidido quitarse la vida en su celda dio un giro luego de una serie de pruebas y ahora el Ministerio Público apunta a un homicidio. Identificaron e imputaron a un sospechoso.
Un caso por demás llamativo se produjo días atrás en la Penitenciaría Regional de Misiones. Juan Aranda, un reo de 59 años, fue encontrado muerto en el interior del pabellón cristiano de ese reclusorio.
El hombre cumplía una pena de 8 años por abuso sexual en niños y debía salir este miércoles en libertad con medidas alternativas. Sin embargo, un día antes, fue encontrado muerto atado con una cuerda de plástico a la llave de la ducha.
En un primer momento, se quiso presentar el caso como un suicidio. Sin embargo, una serie de elementos llamaron la intención de los investigadores; por ejemplo, los rastros de violencia en el cuerpo, que resultaron ser producto de golpes antes de la muerte. También tenía heridas en el cuello que indicaban que la víctima intentó zafarse de la soga.
“Se presentaron ciertas incoherencias. El contexto mismo presentaba incoherencias, como por ejemplo, estaba tramitando libertad condicional, estaba en el final de su condena”, manifestó el fiscal Juan Ramón Olmedo en conversación con el programa La Primera Mañana de ABC Cardinal.
El representante del Ministerio Público indicó que los reos del mismo pabellón fueron inspeccionados y en uno de ellos se hallaron rastros de lo que serían heridas defensivas producidas por la víctima. Esta serie de cuestiones empujaron al fiscal a imputar a Jorge Manuel Aquino.
“El imputado tenía heridas producidas por acción de las uñas, era el único que tenía esas heridas, de ahí vienen la imputación. Hay otras diligencias que van a echar más luz sobre el caso”, sentenció./Abc