El intendente de la ciudad de Caacupé, Diego Riveros, señaló este miércoles que es preocupante la importante concurrencia a la Basílica, a pesar de las recomendaciones y las disposiciones establecidas a fin de evitar aglomeraciones y eventuales contagios masivos con el COVID-19.

“Desde el 28 la Basílica estará cerrada y la gente va llegando, adelantándose a esa fecha. Hemos solicitado fase 0 para el 4, 5, 6,7 y 8 de diciembre, eso si los números de fieles aumentan para esas fechas”, dijo el jefe comunal.

Sostuvo que en épocas normales la festividad de la Virgen de Caacupé deja un ingreso de unos 10 millones de dólares, pero este año creen que dicho montó ingresará a los comercios pero de forma “escalonada” a causa de la pandemia del COVID-19.

Riveros mencionó que la municipalidad tiene ingresos directos con la festividad, pero este año la situación es diferente. La idea es que los feligreses no acudan de forma masiva a la capital espiritual a fin de evitar un eventual contagio masivo con el virus pandémico.

“Anteriormente con las festividades, el ingreso que dejan los visitantes a la ciudad es de 10 millones de dólares. Creemos que ese dinero entrará, pero de forma escalonada, no como estamos acostumbrados”, agregó el intendente.

De acuerdo con las disposiciones del Gobierno para Caacupé, todos los habitantes pueden realizar sus desplazamientos de 5:00 a 23:00. Las personas que circulen fuera de ese horario deberán presentar documentación que justifique la situación.

Se implementan las medidas necesarias para regular la presencia de personas procedentes de otras regiones del país durante la vigencia de las medidas. El control está a cargo de la Policía Nacional, mediante la coordinación con el Ministerio del Interior con la intendencia de la ciudad de Caacupé y la Iglesia para evitar la aglomeración de personas.

// La Nación