Ante la propuesta, vía redes sociales, del diputado Juan Carlos «Nano» Galaverna (ANR), de que las autoridades nacionales donen el importe del salario del mes de marzo al Ministerio de Salud Pública para que lo recaudado se destine a la compra de insumos médicos, ayer, el Presidente de la Cámara de Diputados Pedro Alliana (ANR) aclaró que él, como ordenador de gastos de la Cámara Baja, no puede hacer un descuento compulsivo del salario de sus colegas, incluso contando con la autorización de éstos.
Alliana refirió que cada parlamentario deberá cobrar normalmente su remuneración y donarlo personalmente a la institución que mejor le parezca.
Ayer ya vimos a varias autoridades nacionales entregando personalmente trajes especiales, tapabocas, alcohol en gel y otros insumos a diferentes centros hospitalarios.
La propuesta de Galaverna no deja de ser interesante. Ha despertado reacciones de todo tipo. Mucha gente aplaudió el gesto por la rápida y masiva adhesión que tuvo de parte de autoridades de todos los estamentos. Tampoco faltó gente que criticó con vehemencia la idea, catalogándola como «populista». Leímos argumentos como «ellos no viven de su sueldo», «es fácil donar un mes de sueldo cuando vienen robando hace 100 años» o «donan hoy su sueldo porque nunca se preocuparon por invertir en salud».
Aplaudida y criticada, finalmente es una propuesta que ayuda a paliar, en minúscula medida claro, la tremenda crisis que se nos viene. Un gesto simbólico que le llaman.