El sábado a la tarde A. M. (15) se disponía a merendar en su casa, cuando de repente, en el segundo bocado, sintió que tragó algo extraño, comenzó a revisar su dentadura y se dio cuenta de que el expansor de paladar, que usa para su tratamiento de ortodoncia, no estaba.
Asustada, le contó a su mamá y fueron al Hospital de Villarrica, donde los doctores dijeron que nada se podía hacer, porque es un objeto puntiagudo que ya había perforado la tráquea.
Es más, le dijeron que lo más probable es que surgieran más daños.
“Ellos no creían y vinieron a Asunción, donde otros cinco médicos le dijeron que no querían tocarla, que era peligroso, dieron a entender que se podía morir y que solo un milagro podía salvarla”, contó Rode Franco, tía de la menor.
La familia estaba muy preocupada, pues la adolescente se quejaba del dolor, decía que le estaba clavando algo en su estómago y que no podía respirar, pero tenían fe en que Dios les ayudaría a encontrar una solución. “El domingo la mamá nos llamó y pidió una oración por su hija, ya que también está con dengue y se podía complicar. Creamos grupos de oraciones y toda la noche oramos y esta mañana (por ayer) ella vomitó y el aparato se quedó en su garganta”, mencionó la allegada.
Tras esta acción, los médicos volvieron a realizar la radiografía y dijeron que con una endoscopía podrían sacar el objeto. “Gracias a Dios, cerca de las 12:00 de hoy (por ayer) le sacaron ya de la garganta. Ahora mi sobrina está mejor, ya no siente que algo le esté clavando en su estómago, pero sigue con los síntomas del dengue”, manifestó ña Rode.
Fuente; EXTRA