El ministro de Educación, Eduardo Petta, deslizó que la Unión Europea tiene responsabilidad en los errores de los libros de matemáticas que el organismo internacional financió. Ayer, la UE emitió un comunicado en que lamentó la falta de control y aseguró que, si el MEC sigue sin cumplir los estándares de calidad necesarios, no proveerá más asistencia económica para futuros programas.
“Qué pasaría si la propia UNIÓN EUROPEA contrató a una funcionaria de nombre NOEMI de CÁRTER ( boliviana), la misma participó de las ‘correcciones’ al material MAPara ( matemáticas Paraguay) cuya impresión financió la UE…? Sin embargo tienen errores”, escribió —con mútiples errores ortográficos— el ministro de Educación a las 00:54 de este martes, citando el tuit del comunicado publicado ayer por la Unión Europea en Paraguay.
La Unión Europea emitió ayer un comunicado en el que lamenta que los fondos de los contribuyentes europeos se hayan utilizado en la impresión de libros que no cumplen con estándares de calidad necesarios.
El organismo internacional dijo que celebra el hecho de que el MEC haya dado el paso para asegurar la cobertura a nivel nacional del programa MaPara, que fue implementado de manera piloto en Cordillera con resultados prometedores, pero seguidamente advirtió que, sin el refuerzo de los controles por parte de las autoridades del MEC, ya no habría apoyo para otros programas.
Frente a las críticas de quienes respondieron su publicación en Twitter, el ministro Petta dijo que “acepta los errores”, pero que estos están “desde 2011”, resaltando que la responsabilidad fue del entonces ministro de Educación, Víctor Ríos.
Unos G. 2.135 millones –que serían US$ 337.000 al cambio actual– gastó el MEC en la impresión de 526.600 cuadernillos y 40.650 guías docentes para implementar el programa de enseñanza de matemática MaPara (Matemática Paraguay) en todas las escuelas públicas del país.
El sistema de enseñanza es de origen japonés y fue desarrollado en conjunto y con asistencia de la Agencia Japonesa de Cooperación (JICA) y los libros fueron impresos con dinero de la Unión Europea.