El Senado de Argentina rechazó sancionar un proyecto de ley para legalizar el aborto y la iniciativa, considerada por diversos sectores un debate histórico, no podrá ser presentada de nuevo en el Parlamento hasta 2019.
La sesión parlamentaria, que duró más de 16 horas -hasta la medianoche de este jueves- dejó patente las fuertes divisiones en el seno de cada grupo político, ante una iniciativa que buscaba despenalizar completamente el aborto hasta la semana 14 de gestación, y no solo en los actuales supuestos por violación y por poner en peligro la salud de la madre.
De los 71 legisladores presentes, 31 votaron a favor y 38 en contra, y dos se abstuvieron de votar el texto de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que ya había sido aprobado el 14 de junio por la Cámara de Diputados pero que se encontró con la oposición de la de Senadores.
«Es una pena que no hayamos podido abordar un consenso, porque el problema va a seguir existiendo, exactamente como existía antes de abordar la discusión. Es necesario hacer un esfuerzo para poder darle una respuesta», dijo en su intervención la expresidenta y senadora opositora Cristina Fernández sobre los abortos clandestinos que se realizan en el país y las víctimas que se cobran.
En América Latina, solo en Cuba, Uruguay y México Distrito Federal las mujeres pueden abortar de forma gratuita y libre, en el primer caso antes de las diez semanas y en los dos últimos antes de la semana duodécima.
«Están las mujeres que cuentan con recursos que pueden acceder a un medico para que las atiendan, y están las otras, las que parece que no interesan y que no tienen valor y que muchas veces en soledad toman la peor de las decisiones y terminan internadas», agregó por su parte Luis Naidenoff, del frente gobernante Cambiemos.
Fue el senador oficialista Mario Fiad, presidente de la comisión de Salud, quien abrió el debate en la mañana del miércoles, cuando expresó su negativa al proyecto y advirtió que «el derecho a la vida está por convertirse en el más débil de los derechos».
Por su parte, el presidente de la comisión de Justicia y Asuntos Penales, el opositor Pedro Guastavino, se mostró a favor de la iniciativa para combatir la clandestinidad «que pone en riesgo la vida» de las mujeres que abortan.
El proyecto, que por años fue impulsado sin éxito por fuerzas de izquierda y grupos feministas, comenzó a tratarse en el Congreso este año después de que el presidente Mauricio Macri habilitara el debate al dejar libertad de acción a los parlamentarios del frente gobernante Cambiemos.
«La importancia de esta votación va mucho más allá del tema específico que intenta dirimir. Nos plantea como sociedad un escenario pacífico para promover y realizar cambios. Pero, además, nos obliga como individuos a comprometernos a aceptar que hay otros que piensan distinto», dijo este miércoles Macri a través de Facebook.