Don Federico Benítez, festejó su cumpleaños rodeado de sus seres queridos la semana pasada. Oriundo de la ciudad de Coronel Oviedo, se radicó en el distrito de Dr. Cecilio Báez donde formó su familia tras volver de la guerra. Es el único excombatiente de la zona que sigue con vida.
La compañía Virgen del Rosario del distrito de Dr. Cecilio Báez, departamento de Caaguazú, se vistió de gala el pasado 19 de julio, para celebrar los 104 años de vida de don Federico Benítez, un excombatiente de la guerra del Chaco (1932-1935), rodeado de sus seres queridos, aún lúcido y con energía compartió anécdotas de la guerra y sus historias a lo largo de su vida.
Oriundo de la ciudad de Coronel Oviedo, capital departamental, se unió a los demás paraguayos y fue a defender el territorio paraguayo donde llegó al rango de Sargento Primero, para luego a su regreso instalarse en el municipio donde actualmente reside. Se casó con María Arévalos (+), con quien tuvo cuatro hijos; dos varones y dos mujeres según nos comentó, Richard Benítez, sobrino de don Federico. Don Federico tiene además 35 nietos y 20 bisnientos.
Actualmente es el único sobreviviente de la guerra en ese distrito, trabajó en la chacra hasta los 80 años de vida.
Durante 50 años se dedicó de lleno a la catequesis, es un reconocido franciscano que enseñó a los niños y jóvenes sobre los valores cristianos y sirvió a la comunidad en diferentes ámbitos.
Fue jugador de fútbol del Club 12 de Junio de Coronel Oviedo, además fue fundador y exjugador del club 4 de Octubre de Empalado y del 1ro de Marzo de Virgen del Rosario de la Liga de Dr. Cecilio Báez.
Durante el festejo, recibió la visita de actual gobernador del Caaguazú, Elio Giménez, quien le llevó una serenata y compartieron un momento agradable, a quien considera un amigo y correligionario, ambos afiliados al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
La infaltable sopa paraguaya y el tradicional asado, fueron parte del festejo, que si bien hoy tiene algunas dificultades para movilizarse y es más cuidadoso con los alimentos, tienen una memoria envidiable, según nos comentó Benítez. Entre sus platos preferidos aparecen el locro y el vori vorí, comidas paraguaya que no pueden faltar al menos una vez por semana.
Don Federico, una persona respetada e íntegra, es una joya viviente del municipio y el país que dejó instalado sus principios en la familia quienes cada día buscan honrar su nombre.