Las compras de la esposa del fiscal general con “permiso” Javier Díaz Verón, María Selva Morínigo, junto a sus hijos Alejandro Díaz y Yerutí Díaz Morínigo, entre fines del 2013 y fines del 2016, alcanzaron unos G. 1.224 millones por año. Invirtieron G. 3.672 millones en dos firmas, dos vehículos y un inmueble cerca de su casa familiar.
Solo en las acciones que adquirió en dos compañías, en dos vehículos y un inmueble María Selva Morínigo, esposa del fiscal con permiso Javier Díaz Verón, desembolsó unos G. 3.672 millones entre diciembre del 2013 y diciembre del 2016, es decir, en 3 años.
Las inversiones señaladas equivalen a unos G. 1.224 millones de inversión por año.
El efectivo de G. 3.000 millones que integró la mujer junto a sus hijos Alejandro Díaz Morínigo y Yerutí Díaz Morínigo en la firma Canto Rodado SA representa un aumento de 1.500% del monto de G. 203 millones que Morínigo percibió en concepto de retiro voluntario del Fondo Ganadero a fines del 2013. Sin embargo, Díaz Verón había atribuido a ese cobro de dinero las inversiones de su esposa.
Los hijos de la pareja, que nunca han tenido ingreso propio, a la edad de 22 y 23 años figuran con inversiones en efectivo por G. 500 millones en Canto Rodado SA. A través de esta compañía la esposa de Díaz Verón junto a sus dos hijos forman parte de la empresa Salty River SA.
Al efectivo de G. 3.000 millones que pusieron Morínigo y sus hijos como inversión se agrega el desembolso de unos G. 672 millones por la compra de dos vehículos, uno de US$ 40.000, y estrenado en marzo del 2016 por Yerutí, y otro de US$ 60.000 a nombre de la esposa del fiscal. Así también, compraron un inmueble que según escritura cuesta G. 112 millones pero tasadores dicen que su valor sería de G. 500 millones.
Las compras mencionadas no incluyen las vacaciones familiares en los lugares más caros del mundo, los fastuosos eventos sociales ostentados en redes por la familia del fiscal y demás lujos. A medida que pasa el tiempo aparecen más evidencias que desmienten los argumentos de Díaz Verón, como su explicación de que su esposa se convirtió en accionista de la SA gracias a su “indemnización”.
Solo falta que los fiscales Yolanda Portillo y José Dos Santos se enteren de la existencia de las escrituras donde constan los millonarios bienes de la familia.
Fuente ABC color.