Mientras entre la clase media alta, la probabilidad de que un joven termine su bachillerato es del 97%, en los sectores de escasos es de solo el 2%, según el especialista Robert Cano. Aseguró también que se debe invertir el 8,4% del PIB en educación.
De acuerdo a una estadística que tiene que ver con el contexto socioeconómico del estudiante, la probabilidad de que un chico criado en sectores vulnerables y de escasos recursos termine el bachillerato es de solo el 2%. En contrapartida, los que están envueltos en un contexto más favorable tienen un 97% de posibilidades de culminar sus estudios secundarios.
En total, solo cuatro de cada 10 jóvenes (el 40%) hoy terminan la secundaria. Todos estos datos fueron brindados esta mañana por Robert Cano en los estudios de ABC Cardinal. El mismo señaló que un niño que se encuentra rodeado de violencia, pobreza y pasa múltiples necesidades, evidentemente, no podrá desenvolverse de igual manera que los demás.
En cuanto al nivel mínimo de inversión del Producto Interno Bruto (PIB) necesario para la educación, señaló que la Unesco recomienda al menos un 7%. No obstante, él realizó análisis con respecto a la inversión que se debería tener para cada estudiante y cree que debería ser de al menos un 8,4% para llegar a una educación de calidad.
“El maestro está abandonado”, lamentó en otro momento el especialista en educación, quien también aseguró que los docentes no tienen ningún tipo de apoyo ni guías específicas para mejorar el nivel de educación. Agregó que los profesores son el factor principal dentro del “techo del sistema educativo”; sin embargo, deben tener apoyo del director, los supervisores y un sistema que le provea todo lo necesario.
Con respecto a otros censos realizados antes del Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo difundido esta semana, indicó que en 2010, solo 1 de cada 4 estudiantes del tercer grado tenía suficiente grado de compresión lectora. El leve avance obtenido con este nuevo censo realizado es que actualmente 1 de cada 3 alcanzan ese nivel óptimo.
Otra de las problemáticas que afectan la calidad de educación en nuestro país es el constante cambio de cabeza en el Ministerio de Educación. “En los últimos diez años, la duración promedio de un ministro es de solo 18 meses”, manifestó y acotó que con esos cambios constantes se impide que haya un proceso de evolución, ante la falta de política nacional de estado enfocado en este aspecto.
LEO, PIENSO Y APRENDO
Cano forma parte de un programa piloto realizado en Caazapá llamado “Leo, pienso y aprendo”. Según explicó, los docentes de todas las escuelas de esa localidad reciben guías detalladas para cada clase y un set de cuentos que son compartidos con los alumnos.
Se cambian hasta aspectos simples como la ubicación de los chicos en el aula, que debe ser circular a fin de fomentar la participación. Este sistema ha logrado un cambio llamativo en alrededor de 9.000 estudiantes, quienes van perdiendo el miedo de hablar en público y mejorando su nivel de comprensión lectora.
Cano señaló que este programa debería ser implementado en todo el país, pero que ello requiere mayor inversión y deben estar involucrados muchos sectores.