Donald Trump está descontrolado. En su peor semana desde que asumió el poder de los Estados Unidos, la emprende contra Kim Jong-un, contra el régimen de Nicolás Maduro y contra el actor argentino.
El tirano norcoreano Kim Jong-un empezó el 2018 con la buena onda que lo caracteriza. No sólo le recordó a todo el planeta que su país ya es un Estado nuclear con un fuerte poder disuasorio, sino que se animó a torear a la mayor potencia del mundo: «Todo Estados Unidos está al alcance de nuestras armas atómicas y hay un botón nuclear siempre en mi escritorio». Una retorcida forma de entablar el diálogo para que una delegación de Corea del Norte pueda participar en los Juegos Olímpicos de Invierno que organiza su vecino, Corea del Sur. Eso y pedirle matrimonio a una mujer diciéndole que afloje con los panqueques de dulce de leche porque le hace acordar a una escultura de Botero es más o menos lo mismo.
El Presidente de los Estados Unidos no pudo evitar ser más Donald Trump que nunca y, ante la responsabilidad de gestionar una crisis nuclear que involucra a todo un planeta, le salió el hombre de Neandertal que lleva dentro y respondió con artillería en formato de 280 caracteres: «Kim Jong-un ha dicho que el botón nuclear está en su escritorio todo el tiempo. ¿Podría alguien de su hambriento y mermado régimen decirle que yo también tengo un botón, pero que el mío es mucho más grande y más poderoso que el suyo y que funciona?». Sin dudas, estamos ante dos personas a los que casi con seguridad les han hecho bullying cuando eran niños, si no resulta incomprensible el desafío constante por demostrar quien escupe más lejos.
Donald Trump fue un paso más allá y cargó contra Vladimir Putin. «Que no se pase de listo. Ya sabemos que es él quien financia al gordito para que todos los días amanezca diciendo que va a empezar una Guerra Mundial. Pero ambos me tienen sin cuidado. Mi plan para el 2018 es enfocar la mitad de los misiles a Corea del Norte y el resto a los estadios donde juegue Rusia. Si no, miren el grupo que les tocó: primero con Arabia Saudita (nos viene bárbaro que desaparezcan del mapa así nos quedamos con todo el petróleo), después juegan con Egipto (las momias y las pirámides mueven millones de turistas) y por último contra Uruguay (necesito un principado para cuando me retire y Punta del Este está bueno)».
Políticos influyentes e incluso asesores destacados de la Casa Blanca coinciden que Trump arrancó el año tan descontrolado que temen una escalada de violencia. «Nos quedamos afuera del Mundial por lo tanto no tenemos nada que perder. Mientras me aseguro que Rusia no pase la primera ronda, hago volar por el aire a Corea del Norte y en paralelo apunto contra Venezuela. Maduro tiene que entender que el pueblo venezolano no merece vivir oprimido por un régimen que no brinda las necesidades básicas como comerse un Big Mac o tomar una Coca-Cola bien helada. De hecho, el botón rojo que tengo en el escritorio lo uso para pedir una cada 5 minutos».
El dictador venezolano enfrenta tantos problemas sociales desde el 1º de Enero que sólo atinó a decir «se parece a Néstor Kirchner que gritaba para la tribuna. Se hace el guapo y después nos compra todo el petróleo para vender en la estaciones de servicio CITGO». Trump escuchó lo de Néstor Kirchner y le agradeció «por hacerme acordar que también tengo conectado el botón rojo a las unidades básicas peronistas de todo el territorio argentino. Ya lo hablé con Mauricio y me dijo que espere un par de meses para cuando tenga que hacer otro aumento de tarifas, ya que todavía le quedan varios kirchneristas por meter presos».
Donald Trump está enfurecido con todos, pero nada se compara con la calentura que tiene con Facundo Arana, quien esta semana estuvo en el ojo de la tormenta cuando le preguntaron qué pensaba acerca del embarazo de Isabel Macedo, quien fue su pareja durante 10 años. No alcanzó a terminar de decir «Yo estoy muy feliz por ella, estoy feliz cuando una mujer se hace madre porque ahí verdaderamente se realiza…» que le saltó a la yugular Muriel Santa Ana y, obviamente Malena Pichot, quien aprovecha cualquier oportunidad para recordar que el planeta Tierra sería un mejor lugar si estuviera habitado por eunucos en lugar de hombres.
Donald Trump también se manifestó al respecto y fue lapidario: «Me tiene podrido esta generación de tipos con pánico de opinar lo que piensan, angustiados ante una posible represalia feminista en las redes sociales. ¿Qué te pasa Hugo Arana? Te falta hacer pis sentado para no mojar la tabla y listo. Hacete valer, viejo. ¿Tan dominado estás?». Su principal asesor en temas latinos le recordó que no se trataba de Hugo sino de Facundo Arana, a lo que alcanzó a decir «¡Uy…menos mal! Me encantaba el personaje del camionero que hacía Hugo, en Matrimonios y algo más».
Está claro que nadie en su sano juicio puede avalar el acoso sexual o cualquier situación que deje a la mujer en una posición vulnerable. No sólo es condenable, sino que atrasa siglos. De ahí a tener que escuchar de boca de una persona «me disculpo por decir que una mujer se realiza con la maternidad o por encontrar al amor de su vida. Muy equivocado, y además mal usadas las palabras. No me dí cuenta hasta que me lo señalaron. Reitero mis disculpas. Repensaré y estudiaré», la verdad es que es muy fuerte. A ver…¿Vas a repensar o estudiar? Si no mataste a nadie, Facundo. Vamos de vuelta. Estamos en el 2018 y las mujeres trabajan, estudian, se casan o eligen ser solteras, son fieles e infieles, disfrutan de la vida, viajan, votan, mantienen a sus maridos cuando éstos no tienen trabajo, deciden ser madres solas o acompañadas. Así como existen hombres muy limitados como Donald Trump, también encontramos boludas con ganas. Pero esto no tiene nada que ver con la lucha de géneros. Es parte de la condición humana.