La Armada Argentina señaló este jueves que se registró un «evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión» en la zona en la que el submarino argentino ARA San Juan, desapareció hace ocho días en el océano Atlántico con 44 tripulantes a bordo.
Balbi pidió «prudencia» por «respeto a los familiares» y aseveró que «hasta no tener certezas u otros indicios» se va a continuar con «el esfuerzo de búsqueda del submarino y los 44 tripulantes», en el que están participando hasta 13 países.
Según se había adelantado este miércoles, el 15 de noviembre, y apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, se detectó una «anomalía hidroacústica» o «ruido» cerca de donde se reportó por última vez su ubicación, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.
Tras recolectar esa información y hacer un análisis en EE.UU., se determinó avanzar en ese «indicio oficial», por lo que a lo largo de la madrugada se desplazaron hasta la zona varias unidades de diferentes nacionalidades para tratar de localizar al submarino, algo que todavía no se ha conseguido.
En este sentido, Balbi señaló que ese indicio se confirma con la información facilitada por el embajador en Austria, que es miembro de la organización de control de pruebas nucleares, que vela por la «no realización» de ensayos nucleares.
El portavoz del cuerpo castrense explicó que esta mañana se reunió con el jefe de la Armada, Marcelo Eduardo Hipólito Srur y el ministro de Defensa, Oscar Aguad «actualizando toda la información recibida desde anoche a la fecha».
Es en ese momento que a las 10,15 hora local de hoy (13,15 GMT) se recibió desde Austria la información de Grossi, que se la transmitió telefónicamente al canciller, Jorge Faurie, quien a su vez se la contó a Aguad.
El pasado lunes, el capitán de navío Gabriel Galeazzi explicó a la prensa que el miércoles de la desaparición del submarino el buque había comunicado que había sufrido una avería eléctrica en sus baterías, algo que, según dijo en ese momento la fuerza argentina, no tendría por qué haber afectado al funcionamiento del submarino.
El submarino ARA San Juan había partido el lunes 13 de noviembre pasado del sureño puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en la localidad de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, adonde debía haber llegado entre el domingo y lunes pasados.
El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como cometido participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval.
Fue el viernes pasado cuando la Armada Argentina confirmó que el submarino reportó por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que, pasadas 48 horas sin tener comunicación con la nave, se resolvió activar el protocolo de búsqueda.
Hasta ahora, no ha habido ni un solo rastro del sumergible y las familias de los tripulantes aguardan noticias, con esperanza e incertidumbre, en la Base Naval de Mar del Plata.